Jörg Türschmann (University of Vienna)
Lo que se dice sobre la identitad del Caribe, se refiere con frecuencia al problema de la identitad lingüística. El Caribe sufre una separación que tiene que ver con las fronteras entre el criollo, el francés, el castellano, el inglés, el holandés y otras lenguas. Escritores suelen expresar sus pensamientos, experiencias y conceptos culturales según las modalidades y interferencias de sus varias lenguas maternas. La autora haitiana Micheline Dusseck pasa los límites expresivos que le imponían el criollo y el francés. Escribió su primera novela en castellano. En Ecos del Caribe (1996) relata la succesión de tres generaciones de mujeres que atestiguan la historia del país por su vida cotidiana. La introducción a la novela promete algo distinto de lo que podrían esperar los lectores hispanohablantes: “Lejos de lo real maravilloso como fórmula literaria, Dusseck muestra la relación auténticamente profunda entre el mundo exterior y las dimensiones mágicas de la vida haitiana.” Pero, ¿qué es lo que le importa a la autora tanto que le presenta al público latinoamericano y español como algo que no tiene que ver con lo conocido? —En la ponencia se trata de interpretar el uso del castellano como invitación a la generalización de fenómenos locales. Así, la cultura regional y la identidad relacional del Caribe se reúnen en el momento de la lectura.